La metáfora de las cortinas
Dos cortinas,
tres vasos de mi sangre
y debajo,
un "chill out" para oficinistas.
Barra de sujeción de aluminio
para las putas cortinas.
Era un retal
ideal,
la medida justa,
lo que necesitaba.
Solo me costo un trozo de placenta
y la cara entera,
tú ya sabes como son estas cosas...
Son dos rosas negras,
fíjate que elegancia
y se deslizan muy bien
Yo las deslizo, así,
solo con la punta de los dedos
varias veces al día
y a veces,
frenéticamente de noche...
Tu no hubieras podido
hacerlo mejor.
Esa mujer,
aquella de la que te hablé,
ella sabe que corte hay que darle
a la carne.
Ella, definitivamente sabe de cortinas.
Ahora voy a correrlas
para oscurecer el sol.
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