Ojalá
las mujeres fuéramos ríos
y
fluyéramos siempre con agua distinta
que
nace y concluye
en
el agua misma.
Vamos,
venimos
y
ella,materia primigenia,
canta
la misma canción con distintas voces.
Ese
ir y venir del manantial al océano
es
el coro de la lluvia fértil y persistente.
El
llanto hecho piedra de las estalactitas.
La
determinación en movimiento
de
los glaciares.
Yo
fluyo, el mio es un río tortuoso.
Hago
saltar a las rocas,
las
piedras me desgarran pero yo las hago redondas,
las
erosiono y convierto en arena.
Soy
un torrente salvaje y luego,
me
quedo en calma y reposo en los meandros.
Ojala
las mujeres pudiéramos ser ríos
y
fluyéramos siempre sobre los obstáculos,
porque
el agua es una canción que busca la salida,
siempre,
hacia la mar.
La
canta una mujer,otras la acompañan,
Desde
el comienzo de los tiempos,
El
agua es ELLA.